"EL CONCEPTO DE INDIVIDUO SEGUN LA FISICA CUANTICA". Prof. Patricia Bravo. Escuela Psicología.
De la inmensa máquina a un vasto pensamiento.
De acuerdo a la Física Cuántica, uno de los desafíos más importantes del "individuo" del siglo 21, es lograr un cambio radical en su representación del Universo— un cambio total de lógica y de lenguaje. De acuerdo al filósofo Jean Guitton, debe quedar en evidencia el anacronismo de los tradicionales conceptos de "espacio", "tiempo", "energía" y "materia" conceptos que precisamente son los tabúes y dogmas que obstaculizan la evolución humana. Guitton sugiere que los individuos deben abandonar las interpretaciones e ideas del mundo al que están acostumbrados -sus leyes, estabilidades y certidumbres— y sumergirse en el corazón de su propia ilusión epistemológica, distinguiendo como se despliega frente a ellos un mundo de apariencias y de señuelos con lo que hasta hoy se identificaba como "realidad".
Otra Realidad
La Física Cuántica nos sugiere que el individuo de estos tiempos entra en un serio proceso de ‘desmitificación’ de nociones fundamentales como las de "Universo-Máquina" y de enfoques deterministas, mecanicistas y materialistas de lo "real". El individuo contemporáneo entra en un riguroso y también misterioso proceso de destilación conceptual y lingüística. Tal proceso que es propio de la Física Cuántica coincide con los desafíos de la Psicología contemporánea en sus aplicaciones clínicas, psicosociales y organizacionales. Tanto desde un punto de vista físico como psicológico, los individuos de estos tiempos somos llamados a reexaminar el paradigma más pervasivo que se acuna en nuestra mente condicionada, el paradigma de la "realidad" misma.
En primer lugar la Física Cuántica se pregunta por la "Unidad de Pensamiento o Conocimiento" más vasta pensable e investigable, la que claramente es el "Cosmos", el "Universo". Específicamente, hace un llamado a realizar un cambio paradigmático del Universo y el Cosmos, el que debe traducirse en un cambio total de mentalidad y de practica de vida. Nos anticipa de que cada individuo -de estos tiempos y de los que vienen- deberá reobservarse a sí mismo y al mundo que le rodea; revisar creencias aprendidas acerca del "espacio" y el "tiempo". El individuo es llamado a reexaminarse en toda lógica de pensamiento, imágenes que se hace acerca de objetos y acerca de causalidad de los acontecimientos. Últimamente es llamado a cuestionar el carácter separable de las cosas que existen articuladas bajo el mismo paraguas de vida llamado "Universo".
¿Cómo es el Mundo?
Los físicos de siglo 21 nos anticipan que el mundo del presente y del futuro se nos mostrará no sólo más extraño de lo que ya se nos presenta sino mucho más extraño de lo aún impensable (Guitton y Bogdanov, 1992). No hay o habrá con qué comparar la calidad de inteligencia emergente. Necesariamente surgirá un nuevo lenguaje: el mundo nos parecerá enigmático, incomprensible y misterioso -dotado de "otro sentido".
En el mundo que nos abre la Física Cuántica, cada individuo (Ser) es llamado a ver qué hay "más allá de la materia" –a reconocer que bajo un velo de ilusión de un paradigma materialista y determinista existe una realidad profunda hecha de otra esencia. Esta realidad es "un vasto pensamiento", un Universo que encierra un misterio y código cósmico que busca ser descifrado. La esperanza de una nueva representación que incluya este desciframiento, es que el individuo del s. 21 no guarde más silencio sobre los asuntos inmateriales y sensitivos de la vida, que haya dejado de ignorar la realidad del "vasto pensamiento" que yace más allá de sí mismo(a).
Un azar que no es azaroso
Contrariamente a lo que hemos aprendido por socialización o sabemos por sentido común, la física cuántica nos sugiere que ni las galaxias y sus miles de millones de estrellas, ni los planetas ni la propia existencia, han aparecido en la vida por o simple "fluctuación del azar". Nuestro Universo no surgió "así como así" o un buen día cualquiera, porque "un par de dados cósmicos cayeron bien" (Guitton y Bogdanov, 1992). Dicho de otra forma, ni la vida del planeta ni la vida individual han sido creadas en la Tierra por accidente cósmico. Por el contrario, cada Ser existe con una misión alineada a un Propósito Universal –aún cuando tal propósito no siempre sea evidente o comprensible. Así, la particular "Inteligencia" de cada individuo (su identidad) contiene un orden implícito, profundo e invisible --representa un campo único de información que naturalmente interconecta conciencia, espíritu y cuerpo. Un individuo es una vida, una "conciencia-organismo con propósito".
El individuo de siglo 21 es consciente y reconoce que lo que su mente condicionada ha aprendido o concibe como "azar", corresponde a la propia incapacidad para comprender un grado superior de orden no azaroso. Este individuo sabe que el carácter aparentemente aleatorio del comportamiento o la percepción de eventos aislados, encubre un orden más elevado de pensamiento.
La Física Cuántica contemporánea nos sugiere que cada individuo, por un lado, engloba el "Misterio del Universo" y, por otro lado, esconde un secreto de "abstracta elegancia....donde la materialidad es poca cosa" (Guitton y Bogdanov, 1992). En esta cosmovisión, cada Ser es potente, libre, implícito, invisible y ultrasensible. Cada Ser encarna la inteligencia universal –una que yace detrás de los fenómenos humanos y se hace presente en cada partícula y proceso de vida del Universo. Cada Ser manifiesta la presencia de su realidad invisible bajo la materia visible; desarrolla una identidad única, irrepetible y una conciencia de que hay "algo" en común entre los propios misterios y los misterios del Universo. En definitiva, cada individuo descubre que su campo de conciencia individual pertenece al mismo contínuo que el campo de la conciencia del Universo.
La física cuántica, señala Guitton, ha trascendido la física misma y ha acarreado una completa reinterpretación de sus fundamentos llevado a la ciencia en general. En esta nueva realidad universal ya estamos conquistando existe la conciencia de que el acto individual de observación y la propia conciencia observadora interviene en la definición y en la existencia final de lo observado. Tanto el acto de observación y como el fenómeno observado forman un único sistema dentro de un único espacio físico, indicando que lo que alguien puede considerar o ver como aparentemente separado en el espacio-tiempo, no es más que una ilusión de los propios sentidos. El mundo "objetivo" no existe absolutamente fuera de la conciencia individual por cuanto la conciencia individual determina las "propiedades del mundo".
En este punto, la Física Cuántica se alinea a la Psicología contemporánea. Por mencionar sólo alguna, encuentra correspondencia con una línea de investigación en Psicología Cultural –derivada de una vertiente etnográfica- a donde el propósito del psicólogo(a) cultural se define en tanto (1) comprender e interpretar el sentido que tiene el "yo" de un individuo en el contexto psicosocial en que ha sido construído, (2) describir las estructuras de significación en virtud de las cuales el "yo" o la "identidad" del individuo se crea y adquiere sentido y (3) en general, ponernos en contacto con la interpretación y construcción que los individuos hacen de sí mismos en determinados contextos.
De acuerdo a Guitton, cuánticamente hablando, cada individuo entra en un diálogo, una reflexión y una conversación acerca de la nueva relación de su propia inmaterialidad y materialidad, hasta el punto que dicha dicotomía desaparece. En acontecimientos aparentemente inconexos, desordenados, imprevisibles de la vida, cada individuo percibe un orden sorprendente y profundo, descubre un "azar creador"; se abre a la posibilidad de que la propia vida sea configurada por principios organizadores que pueden incluir mas trascienden la materia misma. En una postura de este tipo, las personas no solo admiten los límites físicos de su conocimiento –la existencia de fronteras que no es posible franquear— sino que reconocen a la propia conciencia como fundamentos de su existencia y de vida --posición y movimiento que Guitton llama Metarrealismo.
Física Semántica
El siglo 21 da espacio para el establecimiento de una "tercera física" o "física semántica" de los significados, una cuya tarea es el desciframiento y la explicación de la ley física misma y más allá de un catálogo de movimientos o de leyes de cambio. Adicionalmente, más allá de toda lógica convencional –cada individuo desarrolla un pensamiento "metalógico" –un pensamiento que trasciende los lenguajes y las categorías de entendimiento –un pensamiento que franquea la última frontera que separa lo cognoscible de lo incognoscible.
Una Física Semántica así planteada, coincide plenamente con las búsquedas de una Psicología Humanista y Fenomenológica. A través de la conciencia individual, el individuo se liga íntimamente con la inteligencia del Universo con aquella realidad trabaja a espaldas de la vida material de la persona y representa la omnipotencia de lo infinito. En tal realidad, la conciencia y observación individual generan y no solo modifican la realidad misma. En tal sentido, el individuo en co-creación con el Universo, diseña e implementa su propia identidad y destino.
La física cuántica busca la relación íntima entre el propio espíritu, cuerpo y materia, aunque aclara: "con énfasis el espíritu". Define al individuo como "ondas electromagnéticas" que resulta de una serie de interacciones de "campos de información". La propia "identidad" procede de un campo cuántico global y la información da origen a los propios procesos y a la manera en que la propia identidad se despliega por el universo.
Claramente aquí la idea de tener una identidad personal delimitada, fija u objetiva, naturalmente desaparece. Alternativamente aparece la conciencia de que los propios conocimientos del mundo y la propia identidad se fundan en las ideas que cada individuo se hace del mundo y de sí mismo(a). En tal contexto, las personas no pueden dar por segura otra existencia que la de sus propios pensamientos. La propia identidad se hace incognoscible y la única evidencia del "sí mismo" reside en las propias percepciones (Ej. en las propias sensaciones de color, de dimensión, de gusto y de forma). Por lo tanto, lo más real de cada persona, dice la física cuántica, es "la idea pura de sí misma, sin un sustrato material". Esto nos lleva a pensar que cada persona se sueña a sí misma y vive a través de la conciencia de sí misma o de su sueño. El individuo se hace consciente de que el propio espíritu humano en realidad no percibe "lo que esta ahí" sino más bien "lo que cree o percibe está ahi" y la idea de una "la identidad en sí" deviene como un mito, las ideas que la persona se hace de sí misma, el modo en que cada cual decide o encuentra que es posible verse en el mundo.
Más allá de los propios sentidos, bajo una mirada de física cuántica, más temprano que tarde, debemos acostumbrarnos a la idea que gran parte de la propia identidad permanece y transcurre de manera velada, misteriosa e incognoscible. Los seres humanos vivimos esencialmente en una esfera de conciencia que involucra tanto lo conocido como lo desconocido–entendimiento que nos pone muchas veces en conflicto con la racionalidad o sentido común aprendido. No por casualidad se dice que la física cuántica constituye una verdadera revolución radical de la ciencia y del lenguaje y pensamiento humano -un desplazamiento y una ruptura epistemológica de dimensiones que la humanidad no ha conocido antes.
El fin es desmaterialización
El individuo del siglo 21 sabe que la propia vida individual así como la vida del Universo tendrán un final, aún cuando tal posibilidad en el presente parezca remota. La muerte es inevitable e impredecible. Tal como el Universo mismo, cada individuo sabe que algún día se desintegrará en el cosmos y volviendo a ese espacio misterioso e incognoscible desde donde emergió. Por esta razón, el individuo se concentra en descifrar su enigma más profundo y difícil: el del espíritu mismo.
En este propósito y búsqueda converge la Física Cuántica y la Psicología contemporánea. Ambas disciplinas buscan sentido en "lo insignificante", en las pequeñas casualidades: buscan ver acontecimientos especiales "en la tenuidad de las cosas". Para esto los individuos debemos concentrarnos en abandonar toda referencia fija y renunciar a la creencia ilusoria de que la propia vida y existencia están hechas primariamente de "algo sólido". De no hacer este ejercicio, nuestros nietos y descendencia nos recordarán por nuestra torpeza y rigidez de pensamiento más que por nuestros aciertos.
Los individuos de siglo 21 unos más temprano y otros más tarde llegamos a ver que la propia identidad no es simple "energía" o "fuerza" sino "algo" aún más irrepresentable. Más allá de paradigmas mecanicistas y realistas que yacen en nuestra mente, cuánticamente hablando, la propio Ser o identidad es concebida como un "campo de interacciones". En tal campo realmente queda anulada la distinción material-inmaterial y el individuo es o se concentra en el rastro metafísico del centro creador de sí mismo y del Universo. Hay quienes llaman a este centro creador "Dios", "Prana" o simplemente "Inteligencia Universal".
Bajo un destino que no es del todo "pre-visible" ni "pre-decible", el individuo de estos tiempos se encuentra procesando y se prepara para una Mega Conciencia que transformará "el orden de las cosas". De acuerdo a Guitton, en el último estadio de evolución individual y del planeta la vida de años es comprimida hasta convertirse en un punto matemático a donde queda anulado el espacio y el tiempo y ocurre un lento proceso de desmaterialización. Es cuando la Vida llega a su fin y el individuo deviene en una "Totalidad de Conocimiento Puro". Significa que, en el fin de los días, tanto del planeta como de los individuos, la información encarnada individual o materialmente, se separa del "cuerpo" y se libera para siempre.
Referencia principal: Guitton J., Bogdanov, G. Bogdanov, I. (1992). Dios y la Ciencia: Hacia el Metarrealismo. Editorial Debate, Madrid.
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