sábado, noviembre 12, 2005

¿EXISTE REALMENTE EL MATRIX?

Curiosamente en recientes investigaciones, Guiliana Conforto, física italiana, escritora del libro "El Juego Cósmico del Hombre", plantea que la materia conocida, la masa que existe en el universo, los sentidos físicos de la entidad humana pueden solo percibir un máximo del 10%. Entonces, según la ciencia convencional, el 90% de lo que existe en el universo físico, no lo podemos ver y percibir con nuestros sentidos físicos. Cuando miramos la sorprendente diversidad genética de vida en la Tierra, dentro de menos de ese 10%, ¿que realmente existe en el 90% que no podemos percibir?
Basados en ésta última premisa se podrían explicar un sin fin de misterios relacionados con esa otra realidad que muchas veces esta ante nuestros ojos, a veces la percibimos, sin embargo no somos capaces de ver.
Según David Icke; Nosotros mismos estamos creando una ilusión. Y el mundo que vemos y percibimos es una ilusión, generada por nuestras mentes. Y si uno posee este conocimiento, como hacen los Illuminati, puedes manipular las mentes de las masas para crear el mundo, la ilusión.
“Y lo que estamos buscando aquí, al final, es no movernos de una ilusión al "mundo real" -porque no hay mundo real en la frecuencia de operación en la que estamos-. Es sólo una ilusión. Estamos buscando la elección entre crear una ilusión, lo que es una prisión, o una ilusión y lo que es un paraíso. Pero de cualquier forma, ambas están basadas en ilusiones porque este mundo es solo una creación de nuestras propias mentes.” Añade Icke.
A partir de esto la realidad sería solo un holograma. Una vez que te das cuenta de que el cuerpo es un holograma, y que al final todo es un holograma, entonces de repente muchos misterios comienzan a caer frente a tus ojos y al parecer el ser humano no esta preparado para ello.
En el siglo IV a.C., el filósofo chino Confucio (Chiang Tzu) se planteó dudas acerca de la verdadera naturaleza de nuestra realidad; “En cierta ocasión soñé que era una mariposa que revoloteaba en el aire. Me sentía feliz de hacer lo que quería y ya no me preocupaba de mi mismo. Pero no tardé en despertar, y desde entonces me pregunto: ¿Soy un hombre que soñó ser mariposa o soy una mariposa que sueña ser hombre?.
El filósofo griego Platón dentro de sus celebres tratados planteó uno que llama poderosamente la atención y que lo resaltó con el nombre del “Mito de la Caverna” Según éste los humanos somos esclavos recluidos en una caverna contemplando un mundo ilusorio de sombras proyectadas sobre una pared. Una de esas personas logrará escapar de allí, descubriendo la auténtica realidad del mundo exterior. Según el filósofo, la única manera de descubrir esta ilusión es a través del alma, ya que es inteligible, mientras que el mundo ficticio es el sensible.
El libro anónimo de los tres iniciados; El Kibalyon, cuya esencia se basa en las 7 leyes universales desarrolladas filosóficamente, plantea que la primera ley Universal “El Mentalismo” tiene como premisa que nosotros y el universo solo somos un pensamiento en la mente de Dios, ya que él es quien realmente existe.
En el siglo XVII el filósofo de origen francés René Descartes a partir de sus reflexiones oníricas plantea lo siguiente: Cuando soñamos no somos conscientes de lo que estamos haciendo. En muchas ocasiones, incluso, los sueños son tan reales como la vida misma. Entonces, ¿cómo saber que, por ejemplo, usted no esta soñando igualmente –creyendo estar despierto- mientras lee estas líneas?. La única forma de entender esto era pensando que existía un demonio muy poderoso que sería el creador de este mundo ilusorio en el que vivimos y es quien pretende engañarnos.
De ese modo llegó a la misma conclusión que los gnósticos primitivos, o los mismos cataros y otras corrientes dualistas, quienes creían que nuestra realidad había sido creada por un genio demiurgo. Sin embargo Descartes logró una importante reflexión, puesto que aunque un demonio pretenda engañarnos, uno no puede poner en duda su existencia, ya que el solo hecho de dudar, implica que uno piensa. De esa manera nació el Cogito ergo sum (pienso, luego existo).
Quizá todo este grupo de teorías no son más que una tendencia natural ante lo complejo y desconocido que sigue siendo el universo, sin embargo nuestra mente posee secretos que difícilmente conoceremos al corto plazo, por ello solo nos queda reflexionar ya que incluso estas líneas que están leyendo pueden ser solo una ilusión controlada por “alguien”, allá afuera…

Fuente: Javier García Blanco